El gobierno francés interviene en la estrategia de Renault para que desarrolle y fabrique sus propias baterías en suelo francés.

El Gobierno galo pretende que el fabricante produzca y desarrolle las baterías de sus futuros automóviles enchufables, el corazón de esta tecnología, en suelo francés y no en Japón.

Sobrevivió al colapso del mundo del motor, ha logrado subir de los infiernos a la superficie y tras empezar a liberarse de la soga que le oprimía (la deuda con el Estado francés) comienza 2011 pisando el acelerador a tope. Renault presentó ayer sus cuentas de 2010 y sus planes para los años venideros.

Un ambicioso proyecto de futuro con el coche eléctrico como eje vertebrador. Consciente de la importancia del motor verde para la compañía y para el sector automovilístico, el Gobierno francés quiere hacerlo 100% producto patrio.

Su lanzamiento se ha convertido en el acontecimiento más esperado en el mundo del motor. Renault prevé poner en marcha tres modelos este año (Fluence, Kangoo y Twizy) y otro (Zoe) en 2012 con el objetivo de vender más de 100.000 de estos vehículos en 2013, según anunció ayer el presidente, Carlos Ghosn. Esto le permitirá no sólo saldar la deuda que el Estado le concedió cuando estalló la crisis, sino fortalecer su presencia internacional.

Columna vertebral
Dentro del desarrollo de estos coches, las baterías, columna vertebral del motor eléctrico, suponen la mitad del coste y su fabricación es el secreto mejor guardado.

El Estado galo se comprometió a invertir 195 millones de euros en la puesta en marcha de una fábrica de baterías en Flins, en la región de Yvelines. Francia aún no cuenta con los medios y el conocimiento necesarios para desarrollarlas y tiene que importarlas de Nissan, el aliado industrial y accionarial de Renault desde 1998. Una custodia compartida que no gusta al Elíseo, reacio a financiar tecnología asiática.

El Ejecutivo quiere la propiedad industrial e intelectual de la criatura y que esta sea lo más francesa posible. Según publica la prensa gala, así se lo habría comunicado esta semana el ministro de Industria, Eric Besson, al número dos de Renault, Patrick Pélata, durante una reunión en la que el directivo le adelantó a su principal accionista el plan estratégico del grupo.

El objetivo del Gobierno es que Renault, poco a poco, desarrolle toda la tecnología clave de los modelos enchufables en suelo francés. Según este plan de nacionalización, la idea es preparar el terreno en la fábrica de Yvelines hasta que sea capaz de producir las baterías en un plazo de tres años.

Las baterías de ion de litio que llevarán los coches de Renault y Nissan (comercializará el modelo Leaf este año) se producen actualmente en un planta de Japón y han sido desarrolladas por el fabricante japonés y NEC. Renault y Nissan han anunciado futuras plantas de baterías en Estados Unidos, Reino Unido y Portugal, además de la de Flins, donde montará el modelo Zoe.

Reservas
Ghosn aseguró ayer estar confiado con la salida de sus tres primeros modelos en 2011, uno de los cuales, el Twizy, se fabricará en la planta de Valladolid. De momento, la compañía ya ha recibido más de 6.000 reservas de particulares y “varios miles” de empresas.

“Haremos coches eléctricos rentables que crearán mucho valor”, señaló el directivo, que ha hecho del coche eléctrico su bandera estratégica.
Los buenos resultados obtenidos en 2010 permitirán al grupo relajarse y concentrarse en los eléctricos, Renault obtuvo una cifra de negocio de 38.900 millones de euros, un 15,6% más.

Además, consiguió un beneficio neto de 3.400 millones de euros, frente a las pérdidas de 3.120 millones de un año antes. La empresa se anotó 2.000 millones de euros de plusvalía por la venta de acciones del fabricante de camiones Volvo. Además, la puesta en equivalencia de sus participaciones en la empresa sueca y en Nissan aportaron 1.289 millones.

Esta remontada, unida al impulso que dará a los motores ecológicos, ha permitido al grupo perfilar su plan estratégico Drive the change. La compañía prevé ampliar su oferta de los 40 modelos actuales a 48 hasta 2016, vender más de tres millones de coches en 2013, frente a los 2,6 millones de 2010 y doblar su margen operativo, hasta el 5%, en tres años.